Quiero vivir y he de vivir
para Dios, yo he de vivir (bis).

Cuando la cascada de mi alrededor
quiera arrasar la vida que nace en mí,
entonces pensaré que:

Quiero...

Cuando mi alma no quiera ver la luz
y se empeñe en ser de la oscuridad,
entonces pensaré que:

Quiero...

Cuando me arrastren mis pasiones al mal
y, aun sintiendo tu amor, quiera pecar,
entonces pensaré que:

Quiero...

Iré a la Vida, caminaré hacia ella
y, entre los caminos del error,
tomaré la senda recta, pues:

Quiero...

Ahora, Señor, ya estás en mí
y sólo quiero vivir para ti. (Bis)

Dame la fuerza de tu gracia,
dame la fe, el amor y la esperanza.
Dame tu Corazón de amor llagado,
dame, Señor,
de tu Madre buena el abrazo.

Ahora, Señor...

Dame la riqueza que le falta a mi pobreza
dame, Señor, ser alegre en la tristeza.
Dame aceptar la cruz de cada día,
dame, al fin, Señor,
poder amarte toda la vida.

Ahora, Señor...

Gracias, mi Señor,
por el sol que nos da calor,
porque diste a mis ojos la luz,
con la que yo te puedo sentir.

Gracias, porque, al fin,
tu espíritu me iluminó
y ahora sé que tú estás en mí,
y en todo lo que tu mano creó.

Gracias por el monte y el mar,
con su grandeza
ellos te alabarán;
y por el río que corre feliz,
con su alegría, él te alaba así.

Gracias...

Gracias, porque, al amanecer,
Tú me das la vida una vez más
y cuando llega el ocaso del sol,
Tú me recoges para en Ti descansar.

Gracias...

Anoche se abrió mi vieja herida,
la que cerraste con bálsamos y ungüentos,
y miré de nuevo hacie el cielo,
para ver tu mirada en mi mirada.

Anoche se vio refloreda
la llaga que cerró tu tierna mano
y miré de nuevo hacia el cielo,
para ver tu mirada en mi mirada.

Y un profundo dolor quedó flotante
en el firmamento mío.

Anoche se abrió...

Ven, Dulce Huésped del alma,
ven, Espíritu Creador,
ven, Tú que en la guerra eres calma,
ven, Tú que eres fuego de amor.

Ven, brisa en las horas de fuego,
ven, agua que apaga mi sed,
ven, dedo que cura mis llagas,
ven y dame ya de beber.

Ven, descanso de nuestro esfuerzo,
ven, Tú que eres toque de Dios,
ven y llénanos con tu gracia,
ven y sacianos con tu amor.

Ven, luz en mi oscura tiniebla,
ven, fuerza en mi debilidad,
ven, fuego que abrasa mi alma,
ven, dame tu felicidad.

Tú, que oras dentro de mi alma,
Tú, que nos enseñas a orar,
haz que pida lo que te agrada,
haz que a mi Dios llame papá.

Tú, que eres torrente de gracia,
Tú, que eres la vida de Dios,
pon un manantial en mi alma,
que vierta por doquier tu amor.

Tú, que vives en mis entrañas,
Tú, que eres santificador,
quema mi vida en tu fuego,
que sea un destello de Dios.

Oh, Madre de bondad,
tan tierno es tu mirar,
que una estrella haces nacer
dentro de mi corazón.

Paloma pura y fiel,
tu voz es un cantar,
estás llena de vida y amor,
eres flor que alegra a Dios.

María, dame luz,
María, dame paz,
María, ven a nuestro hogar.

María, dame tu ardiente caridad,
en todo te quiero imitar.

Oh, Madre de bondad...

Esa estrella es Jesús,
que alienta el caminar
si en mi alma hay buena voluntad.

María, eres Tú,
la más dulce mamá,
María, ven a nuestro hogar.

Te seguiré donde vayas,
te seguiré, Cristo.
Te seguiré después
de atravesar la muralla.

Mi egoísmo es la muralla
que oscureció tu dulce y clara voz.
Yo le oía y no escuchaba,
Tú me llamaste y me dijiste: "Ven".

Te seguiré...

Mi vanidad es la muralla
cuando tu voz sonó en mi corazón.
Yo le oía y no escuchaba,
Tú me iluminaste y me dijiste: "Ven".

Te seguiré...

Mi vaciedad es la muralla
que ahogó en mí la llamada de Dios.
Yo le oía y no escuchaba,
Tú te acercaste y me dijiste: "Ven".

Te seguiré...

Oh, musical murmullo
de lejanísimas tierras.
Todo es un eco tuyo
que a invitarme llega.

Vuelo eterno de mi Dios,
constante ola del mar,
que a tocarme llegas
para luego volverte (bis)
a marchar.

El sol que nos calienta,
la brisa que se ha alejado,
es todo presencia viva
de tu ser enamorado.

Vuelo eterno...

Sólo la gente sencilla
ve tu presencia en la flor,
oye tu voz en el agua
y siente que en todo está tu amor.

Vuelo eterno...

Tu murmullo es el viento,
que me dice muy bajito
que tu amor es inmenso,
es eterno, es infinito.

Vuelo eterno...

Buscad el Reino de Dios (bis),
lo demás se os dará por añadidura.
Buscad el Reino de Dios.

Las flores del campo mirad,
no tejen ni han de trabajar,
las viste el Padre Dios,
hoy son flor y mañana no.
Por vosotros, ¿no hará más?
Hombres, en Dios confiad.

Buscad el Reino...

Aves del cielo, volad,
no necesitáis sembrar,
sólo a Dios alabad
porque el alimento Él os da.
¿No valéis vosotros más?
Hombres, en Dios confiad.

Buscad el Reino...

La vida a Dios confiad,
lo que necesitáis os da.
Las penas de hoy bastarán,
el mañana ya llegará.
Los ojos en Dios fijad,
sólo su Reino buscad.

Buscad el Reino...

Prometí segurite tantas veces,
prometí decirte sí en el silencio,
prometí quererte a Ti
con mi esfuerzo;
y después, te volví a negar de nuevo.

Perdóname, perdóname,
y ahoga con tu perdón
la miseria que hay en mi corazón. (bis)

Prometí estar contigo siempre,
no apartarme de Ti
en ningún momento,
prometí no volverte más la espalda;
y después, te volví a negar de nuevo.

Perdóname, perdóname,
y brille en mí la luz
que Tú derramaste desde la cruz. (bis)

Prometí ser fuerte ante la prueba,
no dejarme llevar por el ambiente adverso,
prometí luchar y no ser un cobarde;
y después, te volví a negar de nuevo.

Perdóname, perdóname,
y viva dentro de mi alma
la claridad de tu palabra. (bis)

Ven, con nosotros ven,
con Dios estamos,
con Dios vivimos,
ven y anda con nosotros
el camino. (Bis)

Tu alma busca y no encuentra,
tu alma, sin luz, está desierta.
Tu corazón herido en el alma
busca la salud, perdida en la batalla.

Ven, con nosotros...

Nosotros hemos sufrido,
pero en la cruz hemos vencido.
Las fuentes no tienen agua,
pero hay un manantial que tu sed apaga.

Ven, con nosotros...

Siempre corre el agua clara
de la fuente eterna que nunca se acaba.
Si te arrastras por el barro y el suelo,
puedes limpiarte mirando al cielo.

Una noche de trabajo
y mi red está vacía.
Cuando despunta el día,
se oye una voz en el lago:
"Muchachos, ¿tenéis pescado?
a la derecha encontraréis".
Con la fuerza de tu palabra
ya mi red se está llenando.

Ven y sígueme,
mis ojos se han fijado hoy en ti.
Ven y sígueme,
hoy necesito tus manos para Mí.

Entonces te conocimos,
mi Señor resucitado.
Unas brasas, pan, pescado, queremos estar contigo.
Tus ojos se me clavaron:
"Tú, ¿me amas más que éstos?"
Señor, Tú conoces todo,
y Tú sabes que te quiero.

Ven y sígueme...

Mi corazón orgulloso que días antes te negó,
reconoce humildemente
la pobreza de mi amor.
Por tres veces preguntaste
si era tuyo el corazón,
y tres veces respondiste:
"Mi rebaño, apaciéntalo".

Está vivo, vivo está
el que dicen que ha muerto ya.
Mas Jesús nunca morirá.

No ha enmudecido jamás
su voz tierna y profunda
y su Verdad renace hoy.
Él vivo está.

Está vivo, ...

De nuevo vibra su Palabra
y en el alma se clava
su canto de vida y esperanza.

Está vivo, ...

Y Él espera tu respuesta
de hombre de corazón nuevo
que está dispuesto a todo
lo que Él pidiera.

Hemos sentido tus manos
y nuestros ojos, al mirar,
descubrieron a la Madre
de toda la humanidad;
Madre, pues nos diste la vida
con el "sí" de la humildad,
y en tu seno el Amor,
vino a hacerse realidad.

Hoy venimos, Madre querida,
a cantarte y a ofrecerte
nuestra vida (bis).

Sentimos que nos mirabas
con ojos como luceros
y tus sencillas palabras
nuestro corazón movieron;
y hemos querido ser juventud
de mirada clara y limpia,
por eso nos ofrecimos
ante ti, Virgen María.

Hoy venimos...
Hemos sentido tus pasos
y quisimos caminar,
después de escuchar tus palabras
de apremio y necesidad.
Tú vas abriendo camino,
nosotros vamos detrás,
con tu fuerza lo seguimos
y llegamos al final.

Hoy venimos...