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1. La conciencia
Tengo un amigo dentro de mí
está conmigo y nunca me deja,
es una voz que viene de Dios
y que se llama conciencia.
Cuando no soy lo que tengo que ser,
cuando me porto mal en la escuela
entonces esa voz que hay en mí,
me grita dentro con mucha fuerza.
Y me dice:
Teo, Teo, que te veo,
Teo, que te veo, Teo,
estás haciendo mal.
Teo, Teo, que te veo,
Teo, que te veo, Teo,
vete a confesar.
Y yo voy... enseguida voy.
Mis problemas suelo contar
a mi amigo que es sacerdote,
él me ayuda a reflexionar
pues me quiere y me conoce.
A su lado aprendo a rezar,
y me habla de vida eterna.
Me aconseja siempre escuchar
esa voz llamada conciencia.
Que me dice:
Teo, Teo, que te veo,
Teo, que te veo, Teo,
estás haciendo mal.
Teo, Teo, que te veo,
Teo, que te veo, Teo,
vete a confesar.
Y yo voy... enseguida voy (bis).
2. Los motes
No estoy de acuerdo con los motes.
Cuando los oigo, me duele hasta el cogote.
Que cada niño traiga un bote,
y ahora mismo acabamos con los motes.
Todos los motes, todos los motes,
tendrían que encerrarse en un bote (bis).
Si tu padre tiene bigote no le pongas un mote
-no le llames bigotudo-,
y si ya le has puesto un mote, enciérralo en un bote
- no a tu padre, sino al mote-.
Todos los motes…
Si tu amigo no ve ni un pimiento con las gafas de aumento
-no le llames cuatro ojos-,
pues llevar en la cara unas gafas tiene también sus ventajas
-sobre todo si son para el sol-.
Todos los motes…
3.- La moda
Lo que hace una oveja,
lo hacen todas,
parece un borrego
el que va a la moda.
Vaya tontería
que hacen algunos,
se visten de marca
y se creen muy chulos.
Es un engaño,
es un engaño,
querer que todos te miren
siempre como al mejor.
La moda pasa,
la moda pasa,
y sólo quedan
las buenas obras del corazón.
Yo soy feliz
con mis deportivas,
pues marco unos goles
que maravillan.
Las compró mi madre
en el mercadillo,
si no están de moda,
me da lo mismo.
Es un engaño…
Quien a toda costa
quiere ir moderno,
se vuelve un esclavo
y no está contento.
El que sólo vive
de escaparates,
convierte su vida
en un disparate.
Es un engaño…
4. Dios es el sumo Saber
Voy a hacer una biblioteca
para que todos puedan
acercarse a leer.
Y pondré un cartel,
colgado en la puerta,
que diga: "Dios es el sumo Saber".
Porque Dios es el más sabio,
no hay ninguno como Él,
nos enseña en el Sagrario
con el libro de la fe.
Porque Dios es el más sabio,
no hay ninguno como Él,
deja que ponga en tus labios
su poderoso saber.
Yo no sé nada
y Tú, Dios, lo sabes todo.
Yo no sé nada,
quiero aprender.
Yo no sé nada
y Tú, Dios, lo sabes todo.
Yo no sé nada: ¡Enséñame!
5. Canción anti-depresión
si te llora el corazón,
si todo lo ves oscuro,
no caigas en depresión.
Si te encuentras deprimido
y sin ganas de vivir,
voy a darte unos consejos
para hacerte sonreír.
Puedes pensar en Teo
y llamarme feo,
que no me enfada,
si eso te hace feliz.
Yo lo que quiero
es que te animes.
¡Dime, jolines,
qué puedo hacer por ti!
Levantando tu mirada
a ese Cielo al que has de ir,
en la tierra todo es nada,
los problemas tienen fin.
La tristeza es un engaño
que te quiere machacar,
te aseguro que rezando
junto a Dios la vencerás.
Puedes pensar en Teo
y llamarme feo,
que no me enfada,
si eso te hace feliz.
Yo lo que quiero
es que te animes.
¡Dime, jolines,
qué puedo hacer por ti!
6. ¿Qué voy a ser de mayor?
¿Qué voy a ser?
¡Ay, si lo supiera...!
¿Qué voy a ser de mayor?
¿Qué voy a ser?
¡Ya lo sé!
¡Seré lo que Dios quiera!
Seré capitán de barco,
seré un oficinista,
seré director de un banco,
panadero o dentista.
Seré maestro de escuela,
seré un buen fontanero,
un valiente torero
o militar de tierra.
¿Qué voy a ser de mayor?…
Seré policía secreta,
seré un gran deportista,
seré buscador de setas,
comerciante o trapecista.
Seré un gran ingeniero,
seré un electricista,
un laborioso artista,
sacerdote o misionero.
¿Qué voy a ser de mayor?…
7. Qué bonito es cantar
Cuando me acuesto,
cuando me levanto,
lo primero que hago
es alzar un canto.
Así mi alegría
la voy derramando
y pongo contento
al que está llorando.
Te doy muchas gracias, Dios,
porque me regalas la voz.
Con ella te puedo cantar,
decirte: ¡Gloria, Aleluya!
¡Qué bonito es cantar,
qué bonito es cantar!
Si todo el mundo canta,
la tierra cambiará.
¡Qué bonito es cantar,
qué bonito es cantar!
Que todo el mundo cante
y quien no sepa,
que diga: la, la, la.
La, la, la…
¡Gloria, Aleluya! (bis).
8. La enciclopedia de Teo
Si quieres ser un chico listo
y llegar al Reino de los Cielos,
te propongo un curso rápido
para ser de los primeros.
Todo lo que necesitas
es practicar lo que te enseño,
para ello debes conocer
la famosa enciclopedia de Teo.
En mi enciclopedia sólo podrás hallar
(daba-daba-da),
palabras buenas y obras de caridad
(daba-daba-da).
Escucha atento leyendo hasta el final
(daba-daba-da).
Estos son los consejos que te voy a dar:
No te enfades, no insultes,
no robes ni hagas mal.
Que tu vocabulario
no sea nunca vulgar.
No fastidies a nadie,
deja a todos jugar.
Ten palabras de ánimo
para los demás.
No desprecies a aquel
que es mas débil que tú.
Sé sincero, no mientas,
sé como un rayo de luz.
Dubi-dubi-dubi-du.
Vive siempre obedeciendo
a papá y a mamá.
No seas un perezoso
a la hora de estudiar.
Cumple los mandamientos,
no te arrepentirás.
Nunca faltes a Misa,
ni dejes de rezar.
Pon todos tus esfuerzos,
no te rindas jamás.
Si vives todo esto,
Dios te lo premiará (bis).
Daba-daba-daba-da.
9. Teo, ¡eres genial!
Yo sé que a veces te preguntas
si soy un niño o un muñeco,
para sacarte de la duda,
voy a contarte mi secreto.
Puedes contar siempre conmigo,
me chifla ser tu amigo Teo.
Junto a mí no hay peligro
porque soy un buen amigo
que quiere a todos los niños.
Teo, ¡eres genial!
Yo no compro con dinero
a mis fieles compañeros,
tú puedes ser uno de ellos.
Teo, ¡eres genial!
Yo sé que a veces te preguntas
de qué materia estoy hecho,
para sacarte de la duda
voy a contarte mi secreto.
No soy de tela ni de acero,
de amor de Dios estoy relleno.
Junto a mí no hay peligro
porque soy un buen amigo
que quiere a todos los niños.
Teo, ¡eres genial!
10.- El orden
Pero, ¿qué es esto, Dios mío?
¡Mi madre me va a matar!
La mochila del colegio
no sé ni dónde está.
¡Ay, Dios mío, qué vergüenza!
Tápate, por favor, los ojos.
Mi habitación es una jaula,
pero ahora mismo la recojo.
En un rincón veo un zapato,
en la lámpara un calcetín,
en el ropero el patinete,
sobre la cama un maletín.
¡Ay, Dios mío, qué desorden!
¡Esto no puede ser!
Ahora mismo ordeno todo,
a la de una, a la de dos…
¡y a la de tres!
Pero, ¿qué es esto, Dios mío?
¡Mi madre me va a matar!
¿Qué hace aquí junto a mis libros
un bocadillo de foie-gras?
¡Ay, Dios mío, qué vergüenza!
Por favor, no mires más.
Voy a coger todas mis cosas
y las vuelvo a colocar.
En el suelo está mi flauta,
en la papelera un pantalón,
una esponja en mi escritorio
y un albornoz bajo el colchón.
¡Ay, Dios mío, qué desorden!
¡Esto no puede ser!
Ahora mismo ordeno todo,
a la de una, a la de dos…
¡y a la de tres!
11. Oración a la Inmaculada
Yo no puedo creer
y me cuesta entender,
que haya niños que aún
no te conozcan.
Yo les quiero enseñar
tu dulzura y bondad,
diles tú a todos
que eres su mamá.
No hay olas en el mar
tan bonitas como tu mirada,
Inmaculada Virgen.
Los niños llegarán
contigo al Cielo, si a tu lado,
de tu mano van.
12. Buenas noches
Cuántas cosas he vivido hoy
en el cole, en casa y otros sitios más.
Antes de dormir, junto a mi cama voy
y las vuelvo a recordar.
Si algo hice mal pido perdón a Dios
porque Él me quiere perdonar
y prometo ser un poquito mejor,
pues me pienso esforzar.
Gracias, Señor, por tu amor;
gracias con todo mi ser;
gracias porque oí tu voz
cada vez que hice el bien.
Y ahora ya, con la conciencia tranquila,
tres Ave María voy a rezar.
Hasta mañana, si Dios quiere.
Buenas noches, que me voy a acostar.
Buenas noches, Jesús,
buenas noches, Mamá,
buenas noches a la corte celestial.
Buenas noches a ti,
y a todos los que estáis ahí.
Niños y niñas,
buenas noches y a dormir (bis).
