- Published in La Pasión de Santa Juana de Arco - Entrevistas
«Todo el mundo lloraba por el camino, hasta el obispo Cauchon lloraba. Todo el mundo lloró. Ella estaba en una posición de mártir completa, se encomendaba a Dios, pedía perdón a todo el mundo, incluidos los ingleses, los jueces, todos los que ella había podido hacer daño».