El Hno. Matthew Nobrega nació en el seno de una familia católica, pero con motivo de un traslado debido al trabajo de su padre, dejaron de ir a Misa los domingos. Él hizo su primera confesión y comunión sin ser consciente de lo que estaba haciendo. Un día, en clase, vio el CD de música religiosa que tenía una chica y esto le hizo acercarse nuevamente a Dios. Fue a su iglesia y, después de un tiempo, se confesó. A través de la EWTN conoció una universidad donde estaban los Siervos del Hogar de la Madre. Después de muchas luchas por conocer su vocación, fue de peregrinación a Roma y allí recibió la gracia de saberse llamado a formar parte de la comunidad de los Siervos.