El mérito no es nuestro
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- Categoría: D. Santiago Carbonell
El sacerdote siempre corre el peligro de olvidarse de que su ministerio lo ha recibido de Dios y no debería gloriarse por lo que hace, sino glorificar a Dios constantemente por haber querido utilizar sus pobres manos para hacer llegar a todos los hombres su gracia. D. Santiago Carbonell, sacerdote de la Archidiócesis de Valencia (España), lo tiene muy presente. Sabe que las conversiones de las que ha sido testigo no han sido obra suya, sino solo de Dios y que, cada vez que pronuncia las palabras «Esto es mi Cuerpo» y «Esta es mi Sangre», Jesucristo mismo utiliza sus manos para hacerse presente bajo las especies de pan y vino. Esto es un misterio que solo se entiende si uno se pone las gafas de la fe porque, desde una visión meramente humana, es imposible de comprender.
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D. Julián Lozano López —delegado de Medios de Comunicación Social de la Diócesis de Getafe (España)— siempre ha tenido a la Virgen muy presente en su vida, pues ella ha tomado un papel especialmente importante en su sacerdocio. D. Julián es consciente de lo mucho que la necesita para ser fiel a su vocación, por ello, intenta tenerla presente todos los días, invocándola siempre.
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