Entregar la vida
- Categoría: P. Shane Sullivan
En este programa, el P. Shane habla de la unión que existe entre sacerdocio y Eucaristía. El Sacerdote —explica— es llamado por Jesús a seguirle y a entregar su vida.
"El sacerdote" te quiere ayudar a comprender la grandeza del ministerio que Dios ha confiado a algunos hombres que Él mismo ha elegido, para prolongar su misión en el mundo.
"El mismo Señor, para que los fieles se fundieran en un solo cuerpo [...], entre ellos constituyó a algunos ministros, para ofrecer el sacrificio y perdonar los pecados, y desempeñar públicamente, en nombre de Cristo, la función sacerdotal en favor de los hombres" (Presbyterorum Ordinis, nº 2).
En este primer programa, D. Valentín Aparicio Lara nos habla de la consagración total del sacerdote, tanto de cuerpo como de alma. Explica que, a través del sacramento del orden, se prolongan las mismas acciones de Cristo, y que el fundamento de la vida del sacerdote es la amistad con Cristo, la comunión y la esponsalidad con Él. Nos invita a encontrarnos con Cristo y cuenta cómo Dios, en un breve espacio de tiempo, puede obrar sus maravillas en nuestros corazones.
En este programa, el P. Shane habla de la unión que existe entre sacerdocio y Eucaristía. El Sacerdote —explica— es llamado por Jesús a seguirle y a entregar su vida.
D. Miguel Ángel Catalán afirma que la formación sacerdotal debe estar en continuo crecimiento a lo largo de toda la vida, como respuesta a una actitud permanente de aprendizaje. El deseo de servir a la Iglesia más y mejor debe llevar al sacerdote a conocer más al Señor, siendo a su vez un buen formador.
D. Miguel Ángel Catalán habla sobre una de las pastorales más arduas y, al mismo tiempo, más esperanzadoras en la vida del sacerdote: la juventud. Dando especial relevancia a aspectos como la colaboración con las iniciativas de la diócesis y la importancia de compartir experiencias sanas con los jóvenes, sabiendo enseñar y orientar hacia la santidad.
D. Miguel Catalán nos habla del sacerdote como hombre de moral, integridad e indicación, pero —a la vez— misericordioso en el ejercicio del sacramento de la Reconciliación. Nos recuerda que, antes de buen confesor, se debe ser buen penitente. Por eso, el sacerdote debe ser el primero que vive el perdón en sí mismo, facilitando el acceso a él a todos los feligreses.
D. Miguel Ángel Catalán nos habla del sacerdote como hombre pastoral, en respuesta al mandato del Señor. La importancia del cuidado de las almas encomendadas, la comunión con los obispos y las parroquias, el apostolado con jóvenes, catequesis... son algunas de las tareas del sacerdote en las que debe de tener constantemente la mirada puesta en Dios, con una actitud de aprendizaje, con ojos de iniciado.
D. Miguel Ángel Catalán afirma que la unión entre el sacerdote y la Eucaristía es tan profunda que la jornada del sacerdote tiene que tener un antes y un después de la celebración eucarística. Destaca tres momentos en los que él, personalmente, encuentra una significación especial: la relación entre el acto penitencial y las ofrendas; la purificación y la vivencia del silencio.
D. Miguel Ángel Catalán nos cuenta su experiencia de intimidad con la Virgen Santísima. Cuidar la relación con Ella y vivir en el corazón maternal de María, desde su juventud, le ayudó a orientar su vida. Mirándola a Ella, se siente verdaderamente libre y llamado a la santidad, a la que debe llevar también a otras almas.
D. Miguel Ángel Catalán nos habla de la necesidad que tiene el alma de descansar en el Señor. La oración constituye la columna vertebral espiritual en la jornada de todo sacerdote. Nos recuerda la importancia de reconocer delante de Quién estamos cuando rezamos.
D. Juan Miguel Prim habla de la centralidad de la Virgen María en la vida de todo cristiano, pero especialmente en la vida de los sacerdotes. En Ella, todo sacerdote encuentra el modelo para acoger y decir sí a los planes de Dios, como podemos ver en el misterio de la Encarnación o junto a la cruz.
D. Juan Miguel Prim reflexiona acerca de una de las dimensiones más importantes de la vida de la Iglesia: la Iglesia orante, que tiene en su corazón a todos sus hijos y los pone en la presencia de Dios. El sacerdote que reza por el mundo, lo salva.
D. Juan Miguel Prim nos habla del sacerdote como hombre necesitado de perdón, pero que, a la vez, está llamado a hacer presente sacramentalmente al Señor en la Iglesia, recordando su verdad y su justicia con misericordia. Exhorta a una gran dedicación a este servicio ministerial, que además incrementa la experiencia del conocimiento del alma humana y da una mayor tensión para vivir mejor la vida cristiana.
D. Juan Miguel Prim explica que la principal tarea en la jornada de un sacerdote es la celebración de la Eucaristía, a la que está íntimamente unido. El encuentro con Cristo vivo tiene que llevar a todos los fieles a una vida eucarística, entregada por completo al Señor.
D. Juan Miguel Prim nos cuenta cómo fue el día de su ordenación sacerdotal. Han pasado veintiséis años desde aquel día, y cada vez se siente más consciente de lo que significa ser sacerdote, y más agradecido de ser partícipe de la acción de Dios.
D. Juan Miguel Prim nos habla de las dimensiones Alter Christus e Ipse Christus dentro del sacerdocio ministerial. También nos muestra la riqueza del celibato sacerdotal por el Reino de los Cielos, signo de la entrega total a su esposa, la Iglesia, a imitación de Cristo.
D. Juan Miguel Prim nos cuenta su vocación, la llamada de Dios al sacerdocio. La gracia de encontrar —en el grupo parroquial del que formaba parte— jóvenes y sacerdotes que le ayudaron en el crecimiento de su vida espiritual, fue el comienzo de hacer propia la fe recibida en la familia y el despertar de la vocación.
D. Juan Miguel Prim nos habla de la vocación al sacerdocio, precedida siempre de la llamada de Dios, que se sirve de la vida de la Iglesia. Por ello, es necesario crear una cultura de la vocación y fomentar en las familias y parroquias la disponibilidad a la escucha del Señor. Él confía a la Iglesia el discernimiento de los llamados.
El P. Enrique Rafael Montes nos recuerda que continuamente estamos recibiendo beneficios de Dios. Junto a ellos, cada uno hemos recibido cualidades y talentos diferentes que debemos hacer fructificar para el bien de la Iglesia y gloria del Dador de estas gracias.
El P. Enrique Rafael Montes habla sobre una de las formas de intimidad con Jesucristo: la oración. Nos exhorta a hacer de nuestra vida una continua oración y a perseverar en las peticiones y súplicas, confiados en la gracia del Señor. Para ello, recurramos a la mejor maestra de oración, la Santísima Virgen María.
El P. Enrique Rafael Montes nos habla sobre las diversas formas de concretar la vocación dentro de la llamada al sacerdocio. Profundiza especialmente en los votos que conforman la vida religiosa, como camino hacia el encuentro con Cristo.
El P. Enrique Rafael Montes explica que Dios llama a todos los hombres por amor y de una manera única e irrepetible. En primer lugar, nos llama a la vida; en segundo lugar, a la santidad; y, por último, a concretar esa santidad en un estado de vida.
El P. Enrique Rafael Montes explica cómo la elección de los doce apóstoles para que estuvieran con Jesucristo y el envío de los discípulos al mundo entero para predicar el Evangelio, tiene su aplicación en la vida actual de la Iglesia: a través de los obispos, sacerdotes y fieles laicos a los que el Señor sigue escogiendo hoy.
El P. Christopher Hartley nos habla sobre la Liturgia de las Horas, que es la oración de toda la Iglesia. Nos explica sus dos dimensiones: de alabanza y salvífica. También nos recuerda que la primera responsabilidad del sacerdote es la de orar por su pueblo.
El P. Christopher Hartley llama a todos los cristianos, y especialmente a los sacerdotes, a que difundan una continua invitación al sacramento de la confesión, que nos lleva a la reconciliación con Dios y con los hermanos. El encuentro de cualquier alma con el amor de Dios se produce a través de la experiencia de sabernos perdonados por Él.
El P. Christopher Hartley habla sobre la relación entre el sacerdote y la Eucaristía, misterio al que tiende toda la vida de la Iglesia. El Cuerpo de Cristo se construye cuando nos reunimos en torno a la celebración eucarística que transforma a cada uno de sus miembros en la caridad de Dios.
En este programa el padre Christopher Hartley nos exhorta a la entrega total en la evangelización de todos los pueblos, especialmente por parte de los que han recibido la llamada de Dios.
El P. Christopher Hartley nos cuenta cómo experimentar la certeza de que Dios le llamaba a ser solo de Él, dejó en su alma —para siempre— un sello de pertenencia y dedicación exclusiva al Señor. Jesucristo sale al encuentro de sus elegidos.
Mons. Kevin Doran habla de la unción de enfermos, de la administración de los últimos sacramentos y de cómo el sacerdote está llamado a defender la dignidad de toda vida humana.
Mons. Kevin Doran habla de nuestra necesidad de recibir el sacramento de la confesión y de pedir perdón a Dios y escuchar, a través de sus representes, que Él nos ha perdonado.
Mons. Kevin Doran habla de la importancia que tiene la Liturgia de las Horas en la vida del sacerdote y de cómo el sacerdote debe recordar que en el rezo se está uniendo a toda la Iglesia.
Mons. Kevin Doran nos habla del peligro que tiene el sacerdote de distraerse con la actividad de su misión principal, la de pertenecer totalmente a Jesucristo. Nos habla también de su devoción al rezo del Santo Rosario como manera de volverse a lo esencial.
Mons. Kevin Doran habla de la misión del sacerdote de administrar los sacramentos y llama a que recemos por un aumento de vocaciones y respuestas a la llamada de Dios.
Mons. Kevin Doran habla de la llamada al sacerdocio y de cómo esta llamada procede del amor de Dios. No es cuestión de descubrir qué quiero yo sino, qué es lo que Dios quiere para mí. En esta llamada nos encontramos inmersos en el misterio de la llamada de Dios y el amor de Dios.
Última entrega de «El sacerdote», con el P. Martín Mª Prado. El «ve, vende lo que tienes y sígueme» sigue resonando en los corazones de muchos jóvenes que han sido llamados desde la eternidad para pertenecer a Dios. Este valiente misionero nos anima a dar un «Sí» como el de María, fiados en la gracia de Jesucristo.
¿Cuánto o cómo ama el sacerdote?
El P. Martín Mª Prado nos habla del amor sobrenatural que plenifica en cuerpo y alma al sacerdote y llena su vida de sentido: Jesucristo. Y también del celibato, que le abre a una paternidad espiritual que hace fecunda su entrega en multitud de almas engendradas para el cielo.
El P. Martín Mª Prado nos anima, en este capítulo de «El Sacerdote», a darnos enteramente al Señor en la llamada que Él nos haga a cada uno. Se dirige especialmente a aquellos que han sido llamados a formar parte del amor del Corazón de Dios siendo sacerdotes. Miles de almas necesitan de un sacerdote que les enseñe el camino del Cielo.
El P. Martín María Prado nos habla de la bendición que significa para la familia católica el verdadero seguimiento del plan de Dios. La apertura y acogida de los dones que el Señor desea dar a un matrimonio, y la respuesta generosa de éstos, hacen de una familia una gran obra del Señor en la que Él mismo vive en medio de ella sosteniéndola y protegiéndola.
Al P. Martín Mª Prado, las pequeñas incomodidades o privaciones que vive en la misión, le hacen tomar conciencia de por qué está ahí: está ayudando a Jesucristo en su tarea de Redención. Todos estos ofrecimientos, por la gracia de Dios, se convierten en bendiciones que llenan de sentido la vida del sacerdote misionero.
El P. José Gustavo Giunta nos presenta en este programa cómo la oración y trabajo se alternan y entrelazan en la vida del sacerdote-monje, en un ambiente de silencio, soledad y recogimiento que permiten al contemplativo desarrollar una relación con Cristo cada vez más profunda. Su modelo es la imitación de la Sagrada Familia.
El P. José Gustavo Giunta nos cuenta que la dedicación principal del sacerdote monje es la alabanza divina, de la que se obtiene valioso fruto apostólico y de santidad para toda la Iglesia. La vida monástica ocupa un lugar eminente en el Cuerpo Místico de Cristo.
D. Julián Lozano López —delegado de Medios de Comunicación Social de la Diócesis de Getafe (España)— siempre ha tenido a la Virgen muy presente en su vida, pues ella ha tomado un papel especialmente importante en su sacerdocio. D. Julián es consciente de lo mucho que la necesita para ser fiel a su vocación, por ello, intenta tenerla presente todos los días, invocándola siempre.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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