Punto de apoyo: Inicio de las clases
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Hablan sobre el Congreso Mundial de las Familias, que va a tener lugar en Madrid del 25-27 de mayo (durante el fin de semana). Es un congreso promovido con la idea de animar a padres, hijos, abuelos, etc., a defender la familia y a luchar por la verdad y por la vida.
Hemos recibido de nuestros padres el cuerpo que tenemos. Los cromosomas que tenemos vienen de la división de los cromosomas de nuestros padres. Pero el hombre no se puede reducir a una herencia cromosomática. El hombre tiene un principio que transciende lo material, que no tiene las cualidades de la materia, es un principio simple, espiritual e inmortal, que todos tenemos dentro de nuestro propio ser: el alma. La capacidad de trascendencia que tienen las acciones del hombre, exige que en él haya un principio trascendente. Eso es el alma. El alma no se puede dividir porque es simple. Si no se puede dividir, no se puede generar, por lo tanto, sólo se puede explicar por creación directa de Dios. El alma es directamente creada por Dios. Si no se cree en Dios, tampoco se puede creer en el alma, y el hombre quedaría reducido a materia, perdiendo así su dignidad sagrada y el fundamento de la moral, porque la materia la puedo utilizar para mis fines. Todos tenemos una dignidad sagrada compuesta de cuerpo y de alma (Veritatis Splendor n. 50). Si quitamos el alma, cae todo. Es un concepto del que no se puede prescindir.
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En alguna ocasión, he oído hablar de los pecados internos, es decir, de pecados que se quedan dentro de uno mismo sin expresarse exteriormente con palabras o acciones. ¿Esto puede ser realmente pecado?
Voy todos los domingos a misa porque soy cristiano y creo en Dios. Estoy haciendo un curso gratis sobre la religión evangélica. Un testigo de Jehová me ha suscrito a dos revistas y las recibo gratis. Las leo y las tiro. ¿Estoy obrando bien o mal?
Hay que dar gracias de Dios por todo lo que nos da y por todo lo que nos quita, porque todo procede de su amor y, cuando nos quita algo, es para darnos más.
He oído hablar de las indulgencias, pero no sé exactamente qué son ni cómo pueden ganarse. ¿Puede usted aclarar mis dudas?
En un grupo de oración al que pertenezco leímos hace días el pasaje del Génesis sobre el diluvio, y nos llamó la atención la dureza con que Dios reaccionó ante los pecados de aquellas gentes. Dice que se arrepentió Yahveh de haber hecho al hombre en la tierra y se entristeció en su corazón, hasta mandar el diluvio para destruirlo. Discutimos sobre ello. Unos decían que no es posible que Dios se arrepienta, pues todo lo hace bien. Y además, desde siempre, sabe todo lo que va a pasar. Otros, que si Dios nos lo ha revelado así, es que puede arrepentirse y castigar el pecado de los hombres; que no debe ser algo tan poco serio como a nosotros nos parece. Otros, en fin, pensaban que, siendo Dios infinitamente misericordioso, no es posible que castigue de esta manera a la humanidad. Total, que no nos aclaramos. ¿Podría usted darnos un poco de luz?
Asistí hace poco al funeral y entierro de una persona muy conocida en la ciudad. El templo estaba a tope y me causó muy buena impresión el sacerdote que presidió la concelebración porque, antes de distribuir la comunión a los fieles, dijo, más o menos: “Se recuerda a todos los asistentes a esta misa de exequias, especialmente a los que no frecuentan los sacramentos, que no hay obligación de acercarse a recibir en comunión el cuerpo del Señor. Los que vayan a hacerlo, que examinen antes su conciencia ante Dios, y que no se acerquen si no cumplen las condiciones requeridas: ayuno de una hora y no tener conciencia de pecado grave. Que hagan en lugar de la comunión sacramental un acto de deseo de recibir al Señor, una comunión espiritual, y le será muy provechoso para su alma.” Cuando uno piensa que en celebraciones más o menos masivas, como bodas, primeras comuniones, funerales, etc., se está convertiendo en algo normal el acercarse a comulgar sin confesar antes los pecados mortales, no puede menos que admirar la claridad y caridad de aquel sacerdote al que me he referido. ¿Qué piensa usted?
Comentan un artículo, escrito por José Luís Martín Vigil, que trata sobre la familia como una fórmula. Para él fue muy importante a lo largo de su vida lo que sus padres le enseñaron desde pequeño, principalmente la fe. Es fundamental que los padres eduquen a sus hijos en casa en la fe, inculcándoles los valores y criterios que les servirán para enfrentarse al mundo.
Fabián Fernández Alarcón, Vicepresidente de Profesionales por la Ética, habla sobre el aborto y la manipulación de los medios de comunicación respecto a las últimas noticias sobre el aborto eugenésico que propone la mentalidad de que es mejor eliminar al que sufre. Hacen creer que el problema es el niño porque causa sufrimiento a la madre. Algunos hablan de los niños discapacitados como monstruos. “¿Qué diferencia hay entre un bebé de 8 meses y uno de 1 mes de vida? Pues el aire en los pulmones y muy poco más”.
Juan Manuel Cotelo, director de cine, productor de películas y periodista, habla sobre su última producción: un documental sobre la Virgen María, que es, en la práctica, un documental sobre la fe. En sus obras intenta transmitir a Dios, lo único que da sentido a la existencia humana y que es el mejor tema que él ha podido encontrar. Si uno no tiene a Dios en su vida, todo pierde sentido. La dificultad es parte de la vida y aunque encuentre dificultades en el trabajo, no quiere perder ni un solo instante pensando en si el trabajo es difícil o no. Habla de un Dios enamorado del hombre y de la transformación que produce en la vida de los que se abren a su amor.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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