4 - 11 de agosto de 2012
- Categoría: Noticiario semanal
Mary Zoe Bowden, madre de 6 hijos, habla de su experiencia como educadora en Estados Unidos. Explica cómo influye el ambiente familiar influye en la capacidad de aprender de los niños. También comparte su experiencia como madre de una religiosa.
Se habla de una corriente de la psicología moderna que evita al hombre cargar cualquier culpabilidad. Esta ideología impide que el hombre se desarrolle como persona. También destaca que el perdón auténtico es inseparable del dolor de los pecados.
¿Por qué la Iglesia, que prohibía hasta hace unos años la cremación de cadáveres, ahora la acepta? ¿Cómo deben celebrarse las exequias en caso de cremación?
El otro día estuve hablando con unos amigos sobre los horrores del atentado del 11 de marzo de 2004. Hablamos también sobre los terroristas. Yo sugerí que, ante todo, rogásemos por ellos, porque con su actitud se hacen mayor mal a sí mismos que a sus víctimas. Al instante, una amiga reaccionó diciendo que ella no podía perdonar a esa gente. Surgió así una discusión sobre la obligación de perdonar a los enemigos. Me sorprendió ver que no sólo ella, sino también otros, manifestaban una gran dificultad en aceptar el mandamiento del Señor. Yo, francamente, sufro cuando veo y oigo en la televisión expresiones de tanta rabia y odio contra esos desgraciados terroristas. Condeno, evidentemente, sus crímenes. Me compadezco profundamente de las víctimas y deseo y pido al Señor por el fin del terrorismo, pero también los terroristas me dan mucha pena. Son mucho más desgraciados, porque la mayor de las desgracias es el pecado. ¿Estoy en lo justo?
Desde hace un tiempo, un amigo frecuenta un grupo de meditación dirigido por un monje budista. Desde entonces ya no le veo por la parroquia, y me temo que acabará perdiendo la fe. ¿Se puede ser budista y cristiano a la vez? ¿Acaso no tenemos una larga tradición de experiencia contemplativa y espiritual?
Parece lógico que las relaciones prematrimoniales sean consideradas ilícitas, porque no existe todavía el compromiso formal de matrimonio. Pero, al ver que cada día son más las parejas que viven juntas antes de casarse, me pregunto si no habrá alguna razón para disculparlas. Como, por ejemplo, una manera de evitar posibles crisis posteriores en el matrimonio por falta de conocimiento mutuo en todo, pero principalmente en el acto conyugal. Es decir, que en cierto sentido, parece que esas relaciones pueden constituir una experiencia provechosa. Confieso que me motiva a escribir esta carta el hecho de que una sobrina mía, que siempre tuve por una muy buena chica, está viviendo ya con su novio.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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