La última cena fue la primera Misa, y su originalidad es que fue adelantar el Sacrificio de la Cruz. La Iglesia tiene conciencia de que está haciendo lo mismo que hizo Jesús y que lo hace, además, por mandato suyo.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc. Más información aquí.